Quien ríe último, ríe mejor
“La tortuga y la liebre se disputaron en una carrera para definir cuál de las dos era la más rápida. La liebre, indiscutida favorita, corría tan rápido que pronto sacó una enorme ventaja. Tanta era la confianza de la liebre, que se permitió descansar a la sombra de un árbol y se quedó dormida. Cuando […]
Por Sebastian Ortega

“La tortuga y la liebre se disputaron en una carrera para definir cuál de las dos era la más rápida. La liebre, indiscutida favorita, corría tan rápido que pronto sacó una enorme ventaja. Tanta era la confianza de la liebre, que se permitió descansar a la sombra de un árbol y se quedó dormida. Cuando despertó, vio a la tortuga ya próxima a la meta, y pese a su esfuerzo, no logró alcanzarla. La tortuga terminó ganando.”

Esta fábula, escrita hace 2500 años por un esclavo y contador de historias de la Antigua Grecia, se mantiene vigente en nuestros tiempos gracias a la innumerable cantidad de casos de este tipo que se repiten día a día. En esta oportunidad, nos sirve para ilustrar algunos sucesos que afectan a nuestras inversiones:

En los últimos años aprendimos a ver a Google como algo más amplio que un buen “buscador web”. El desarrollo de GMail, Google Maps y hasta la compra de YouTube podían verse como iniciativas complementarias al negocio original. Pero un día incursionó en la fabricación de automóviles que funcionan sin intervención humana, y el mundo no supo cómo reaccionar. La idea era disruptiva, tenía poco que ver con aquello que conocíamos de Google, sin embargo tenía mucha lógica: si en el futuro los autos se conducirán guiados exclusivamente por tecnología… ¿Quién mejor para fabricarlos que las empresas de tecnología? Es más fácil para Google aprender a fabricar una carrocería, que para Ford ponerse a la vanguardia de la Inteligencia Artificial para intentar reemplazar al conductor humano. Google viene trabajando en esta tecnología desde el año 2009. Cuando en el 2016 las automotrices se despertaron, ya se hizo demasiado tarde para poder alcanzarlas (ver más en uno de nuestros artículos anteriores).

En estos últimos días hubo otras 2 noticias de la misma naturaleza:

Desde el 30 de Diciembre, “Facebook ya puede operar en España como entidad de dinero electrónico, lo que permitirá a los usuarios de la red social realizar envíos de dinero persona a persona a través de Facebook Messenger, tal y como ya sucede en Estados Unidos” – cuenta la publicación de Expansión. Cuando Facebook adquirió Whatsapp, era natural pensar que había una sinergia entre las dos empresas. Pero en el momento en que decidió incursionar en la industria financiera, se convirtió en la tortuga de los bancos: Facebook viene construyendo su red social desde hace más de 12 años, y hoy alberga a una cuarta parte de la población mundial (somos 7000 millones de personas y 1600 millones tenemos Facebook). ¿Qué entidad financiera podría aspirar a lograr algo parecido?

Pero hay algo todavía más curioso. El domingo 8 de Enero se realizó la ceremonia de entrega de premios de los Globos de Oro, en reconocimiento a la excelencia de los profesionales del cine y la televisión. La nota de color fue que Netflix y Amazon ganaron Globos de Oro y HBO no. Netflix se hizo popular hace algún tiempo cuando su tecnología de transmisión de películas por Internet desmoronó el imperio de Blockbuster. Amazon, la 5ta compañía más valiosa del mundo, que comenzó vendiendo libros a través de Internet, y también desarrolló sus propios dispositivos electrónicos para leerlos, ahora está produciendo contenido original en video… y ganó dos Globos de Oro. Amazon, lleva dos décadas desarrollando tecnología para ofrecerle a cada uno de sus 250 millones de usuarios un contenido personalizado basado en sus gustos y preferencias. Comentario de tinte personal: mi primer trabajo fue por allá en el año 2000 como becario de un laboratorio de investigación en informática en donde estudiábamos el avanzado algoritmo de Amazon para ofrecer el libro que la persona quería, aunque ni la misma persona lo estuviese buscando. Hoy, eso lleva 17 años evolucionando. ¿Quién otro podría estar mejor posicionado para ofrecer contenido en base a lo que la gente quiere?

Hoy, Google nos da respuestas a preguntas que ni siquiera terminamos de formular; Facebook nos propone amigos de la infancia que creímos haber olvidado; Amazon nos ofrece contenido en base a preferencias que nosotros mismos no teníamos identificada… todo esto en base a décadas de desarrollo de tecnología de punta que les permite conocer a las personas más de lo que las personas se conocen a sí mismas. Y esto es sólo el comienzo.

Aquellos que hoy están mejor posicionados para liderar el futuro, vienen preparándose desde hace tiempo. Mientras tanto, muchos se quedaron a descansar en un árbol y se quedaron dormidos. Para cuando comiencen a despertarse, les será difícil recuperar el terreno ganado por las tortugas.

Sobre el autor

Sebastian Ortega

Sebastian Ortega

CEO Grit Invest

Doctor en Dirección de Empresas y Máster en Dirección de Empresas de la Universidad del CEMA, con especialización en Fusiones y Adquisiciones en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y especialización en Value Investing en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia (EE.UU.)
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Grit Investment Fund, LP es un fondo de cobertura basado en Estados Unidos con licencia de la Securities and Exchange Commission (SEC) desde el año 2016 (ver registro en la SEC)