El mundo está evolucionando a una velocidad feroz. Aquello que imaginábamos que ocurriría recién en una década, se adelantó nada menos que ¡una década!, presentando amenazas y oportunidades a toda una sociedad, y en forma directa a los inversores. ¿Cómo invertir a partir de esto?
Hace no mucho tiempo atrás, tuvimos la oportunidad de dedicar varios artículos a discutir el fenómeno de Uber como una empresa de innovación disruptiva en el servicio de transportes de pasajeros. Lo que comentábamos en su momento era que no brindaba tecnología para taxis, sino que era una red privada de transporte particular que manejaba sus propias reglas en cuanto a la calidad, la aprobación de los choferes, la variedad de servicios, etc. (ver artículo aquí). Pero también habíamos comentado que la razón principal por la que Uber estaba siendo tan agresivo con su plan de expansión por los distintos países (llegando incluso a regalar el servicio para ganar adeptos) era que había otro plan de fondo mucho más ambicioso, algo que no estaba en la cabeza de ninguno de los gobiernos, ni de los propios taxistas, y con el cual sería casi imposible de competir. Seguramente ya se imaginará de qué estoy hablando.
Esta semana se conoció que Uber ya está probando en Pittsburg el servicio de transporte de pasajeros “sin chofer” (ver el artículo de Bloomberg en inglés). ¿Qué significa esto? Que un pasajero puede estar en medio de la calle, pedir un Uber a través de la aplicación, y lo viene a buscar un coche que se conduce ¡sólo! ¿Ya? Si, ya. Lo que hace unos meses atrás veíamos como una predicción lejana (como comentábamos aquí, en Abril de este año), es ya la realidad actual. Y esto nos afecta como inversores porque cambia las reglas del juego.
Esta noticia amenaza de manera negativa a todas las empresas de transporte tradicional que quedarán fuera de competencia, pero afecta en lo inmediato a los taxis. Tras que había una fuerte resistencia a aceptar que el servicio de Uber había llegado para quedarse, ahora ofrecen un servicio sin conductor. Como se imaginará, si un transporte no necesita pagar un chofer, con seguridad podrá ofrecer un servicio radicalmente más barato que sus competidores que sí lo necesitan. ¿Cómo podría un servicio de taxi competir contra otro en donde el chofer ya no es un costo? (nota: el chofer es el costo más significativo en un servicio de taxi). Mientras en países como en Argentina todavía se discute si “Uber si, Uber no” (ver artículo), en Pittsburg ya se está ofreciendo el servicio “sin conductor”. El propietario de un coche que trabaje para Uber sin conductor, pasará a ser como el propietario de un departamento/inmueble en donde sólo alquila el uso de un activo y sólo tiene que tener en cuenta el desgaste o la depreciación. Recuerdo que la primera reacción que hubo en muchos países emergentes ante la llegada de Uber fue incorporar tecnología (un aplicativo móvil) y hasta incluso mejorar la atención al pasajero tratando de asemejarse al servicio de Uber como comentábamos aquí, cosa muy positiva si se tiene en cuenta que incentiva la competitividad. Pero si Uber pudiera ofrecer la calidad que lo caracteriza a menos de la mitad de precio que ofrece un taxi… ¿cómo podrán competir contra eso? ¿Qué podrían hacer los taxistas más que pedir a reguladores que no permitan que eso prospere? ¿Cómo podría un cartero postal pedir que no se use el email para conservar su fuente de trabajo? Algo así podría llegar a desalentar el esfuerzo por intentar competir. No estoy haciendo un juicio de valor. Sólo estoy haciendo un análisis de negocio.
Otros perjudicados serían los propios fabricantes de automóviles. Si se acelera el uso de transporte sin chofer… ¿Qué fábricas podrían estar a la altura de ofrecer los automóviles que provean sus productos a esta naciente industria? De repente, Google o Apple están en mejores condiciones de proveer automóviles sin conductor que Ford o Toyota, ya que son los que dominan esta tecnología (como cuando Netflix estaba en mejores condiciones de ofrecer películas por Internet que Blockbuster). Por eso, General Motors (dueña de Chevrolet) salió a buscar enérgicamente una forma de no quedarse atrás: acaba de comprar Cruise Automation y Velodyne LiDAR, luego de comprar Zoox en Julio, todas empresas de tecnología para vehículos sin conductor.
¿De qué empresas se debería alejar el inversor? Una de las más comprometidas será Medallion Financial Corp que se dedica a invertir en licencias de Taxis (ver cotización). Si usted tiene forma de apostar a la baja de ciertas compañías, tal vez todavía no sea tarde para apostar a la baja de Medallion Financial. Por su parte, Lyft, un servicio muy similar a Uber pero que no tenía en los planes competir con servicios “sin chofer”, está hablando con Apple para ofrecerse a sí misma para la venta ya que tiene un panorama tormentoso. Suena lógico: si Apple se vuelve uno de los principales fabricantes de autos sin conductor, puede crecer mucho más con la red de pasajeros que ya tiene Lyft. Más allá de los iWatches (relojes inteligentes) y los iPhones, Apple puede convertirse en la líder automotriz de la próxima década.
¿A qué otras empresas les va a ir bien? Es muy difícil saberlo. Hace poco, el sitio especializado en venta de acciones de empresas privadas Sharespost anunció que fracasó un intento de vender acciones de Uber por falta de interés de los inversores ya que no estaban seguros de que pudiera ser un buen negocio (ver artículo en inglés). En otras palabras, Uber está gastando tanto dinero para acaparar el mercado, que los inversores temen que nunca se convierta en una empresa rentable. Por eso, por pedido de sus inversores, Uber acaba de dejar su unidad de negocios en China, uno de sus territorios menos rentables, en manos de su competidor Didi como comentábamos unas semanas atrás. No hay duda que Uber está liderando el cambio, pero todavía no está claro si es rentable invertir en la empresa que se está haciendo cargo del gasto que semejante cambio implica.
Por lo pronto, Uber sigue con la mirada fija en lo que imagina que ocurrirá en los próximos años. Por eso, acaba de adquirir a Otto en USD 680 millones, una nueva startup nacida este mismo 2016 dedicada a desarrollar tecnología para camiones que se conducen sin chofer. Por nuestra parte, los inversores del SV Global Fund I forman parte de CargoX, la empresa conocida como el “Uber para camiones” de Brasil, que acaba de sumar como inversor y director a nada menos que uno de los fundadores de Uber, y donde Goldman Sachs acaba de invertir USD 10 millones.
Algunas reflexiones adicionales
Cada vez que tengo posibilidad de hablar de estos temas con amigos y colegas, no olvido de repetir que somos afortunados en ser testigos de una de las revoluciones tecnológicas más importantes de la historia. Industrias completas están cambiando de un año para el otro en todo el mundo al mismo tiempo. No es de extrañarnos que dentro de poco tiempo nos llegue la pizza por medio de un drone (en Nueva York, el servicio más rápido para pedir comida a domicilio es… ¡Uber!).
De esto, hay un costado positivo y uno negativo. El positivo, es que mientras vamos innovando, estamos mejorando nuestra calidad de vida; estamos accediendo a servicios de mejor calidad y más económicos. El costado negativo, es que de un momento para el otro, el trabajo tradicional de un chofer de taxi, o camión se ve seriamente amenazado. Si el cambio fuera pequeño o sutil, permitiría a los choferes adaptarse con más facilidad. Si el cambio fuera severo pero lento, permitiría a los trabajadores tener tiempo de reubicarse en otras actividades. Pero.. ¡no! El cambio está siendo disruptivo y veloz. No quisiera estar en los zapatos de un gobernante que tiene que encontrar una solución o balance entre el desempleo que genera por el desplazamiento de los choferes, y el empleo que se genera para los ingenieros responsables de diseñar los nuevos automóviles, y el nuevo software que los conducirán. Se necesitan muchos años de estudio y preparación para estar a la altura de dominar/desarrollar esta tecnología. Difícilmente un chofer desplazado pueda ocupar el empleo que se le abre a un ingeniero. Como ya decía Marc Andreessen: “El software se está comiendo al mundo”, y va a ser imposible evitarlo.
La nota es muy interesante, pero Sebastian todo cambio trae aparejado ventajas y desventajas, con los autos que se manejan solo en el rubro taxi la ventaja para los choferes es que en vez de estar 12 hs sentados en el auto , su lugar lo va a ocupar la maquina y su dueño se puede dedicar a realizar el control del mismo y el tiempo restante a hacer otras actividades.