“Vivir de renta” es el sueño de muchas personas. Supone haber podido materializar años de trabajo en algunos bienes (departamentos, campos, acciones) que generen dinero por sí mismos al punto tal que el propietario pueda cubrir todos sus gastos cotidianos con ingresos que no requieran esfuerzos (ingresos pasivos).
Pero por estos días, alcanzar este sueño es más difícil que nunca, al menos, en la forma tradicional de verlo.
En Estados Unidos y Europa, la renta del dinero depositado en el banco o puesto en bonos del gobierno se mantiene cercana a 0% desde hace 10 años. No es posible obtener una renta razonable con estas opciones.
Por otro lado, una de las inversiones tradicionalmente asociadas con la obtención de renta, son las propiedades inmobiliarias. Las personas/empresas pueden comprar una propiedad y recibir una renta al alquilarlas.
Pero esta opción tampoco está pasando por su momento de gloria, ni siquiera en Estados Unidos. “Los precios de las propiedades están en niveles de máximos históricos y sus retornos en niveles de mínimos históricos”, dijo Jim Costello, vice-presidente de Real Capital Analytics. Durante el 2019, los inversores internacionales se alejaron de las propiedades comerciales en EE.UU. por los bajos retornos. En cuanto a las viviendas, un departamento de 2 dormitorios arroja una renta de 2.91% en Nueva York.
En países como Argentina, la situación es todavía peor. Los depósitos a Plazo Fijo rinden menos que la mismísima inflación (literalmente se pierde capacidad de compra dejando el dinero allí) y ni le cuento con los bonos: ni siquiera sabe cuánto ni cuándo va a cobrar.
La renta inmobiliaria en Argentina está en los niveles más bajos de la historia: 1,25% neto de gastos, dado que las crisis económica no permite actualizar los precios de los alquileres acorde a la inflación en la mayoría de los casos (y eso si tiene suerte que el inquilino no haya perdido su fuente de ingresos quedando impedido de pagar el alquiler). Por eso, la mejor “inversión” (perdón, quise decir una de las formas de no perder tanto dinero) en Argentina en el último tiempo fue el atesoramiento de moneda extranjera: en el último año y medio el dólar se cuadruplicó de $15 a $60 (perdón otra vez, quise decir que se quintuplicó hasta $75 – fue un “acto fallido” por la falta de costumbre).
Es por eso que quienes no se rinden ante las adversidades, buscan conseguir renta en otros lugares y la primera pregunta que surge es “¿Puedo obtener renta invirtiendo en acciones de empresas?” Y la respuesta es: ¡Sí! Pero como se podrá imaginar, nada en el mundo de las inversiones es blanco o negro. Para entender si la renta en las acciones es para usted, conviene asegurarse si sus objetivos coinciden con lo que hay disponible en el mercado y a eso dedicamos la siguiente sección.
LA RENTA DE LAS ACCIONES
Existen acciones que dan una renta periódica, que en la jerga se la conoce como “dividendo”, que es cuando la empresa le transfiere a sus dueños una parte de sus ganancias.
La idea de tener ingresos pasivos con las acciones es tan seductora, que muchas personas consideran que las acciones que dan dividendos son de una “calidad superior” o que traen algo que las demás no, como si el dividendo fuera un regalo extra que se anexa al paquete que uno compra. En cambio, las que NO dan dividendos, son vistas como un árbol que puede crecer pero NO da “frutos”, del que nada se puede extraer, y por eso resultan menos atractivas.
Por todo eso, el márketing dedicado a los “perseguidores de dividendos” no tardó en reaccionar y creó rápidamente publicaciones del estilo “¡Vea las 3 acciones con dividendos que le pagarán a usted por el resto de su vida!”, puede ver un ejemplo aquí. Tentador, ¿no? Pero, ¿son realmente buenos los dividendos? ¿Las acciones que entregan dividendos son mejores que el resto?
La respuesta, en este caso, es: “NI” (no y si). Le cuento:
En el largo plazo, el valor de las acciones depende de las ganancias que genere la empresa. Si usted quiere saber cómo crecerán sus inversiones en los próximos años, no se distraiga siguiendo tendencias en las cotizaciones ni en pronósticos de analistas, sino que tiene que enfocarse principalmente en conocer estas ganancias.
Cuando una empresa gana dinero, tiene que decidir qué hacer con él: o bien repartirla entre sus dueños (dividendo), o bien reinvertirla en su propio negocio para impulsar su crecimiento (también puede recomprar acciones o comprar otros negocios pero agrupamos todo en esta segunda categoría porque tienen el mismo efecto).
Hay inversores que prefieren que las empresas les repartan las ganancias. Hay otros que prefieren que las empresas las reinviertan para seguir creciendo. ¿Qué tendría que hacer una empresa que tiene ganancias? ¿Entregárselas a sus dueños o reinvertirlas? Bueno, para esto, el mejor inversor del mundo, Warren Buffett, definió un criterio:
“Una compañía tiene que repartir las ganancias a sus dueños solo cuando no encuentra forma de reinvertirla efectivamente en su negocio para hacerlo crecer”, dijo. Eso significa que, en esencia, usted recibirá una renta cuando la compañía no encuentre formas de potenciar su crecimientoutilizando ese dinero, sea porque ya alcanzó su máxima velocidad de crecimiento, o porque se está agotando su mercado, o simplemente porque no tenga nuevos proyectos rentables. Ejemplos de empresas que otorgan dividendos son Apple y Microsoft, que son coincidentemente son las dos empresas de mayor capitalización de mercado de la bolsa estadounidense y las únicas dos que valen más de un USD 1 BILLÓN.
Pero si usted quisiera igualmente percibir alguna la renta con acciones, sea cual sea, ¿cuanto es lo que puede ganar hoy? Bueno, la renta que estos elefantes brindan tampoco es espectacular: Apple da hoy una renta (dividendo) de 1,15% anual (si usted compra hoy acciones por USD 100 mil, recibe una renta de USD 1.150 por año) y Microsoft algo similar, así que estas opciones no dan mejores rentas que las de un departamento.
Pero hay otras empresas que consideran que pueden darle un mejor destino a su dinero más que simplemente repartirlo. Estos son los casos de Google, Amazon, Facebook y Berkshire, entre otras, por eso no se deshacen de sus ganancias, sino que las reinvierten o las acumulan para potenciar su crecimiento.
Por caso Berkshire, el conglomerado de inversiones más grande del mundo, no reparte dividendos a pesar de ser la empresa con mayor cantidad dinero disponible del mundo: USD 128 mil millones.
En síntesis, las empresas que dan renta (dividendos) no son necesariamente las que tienen mayor potencial de crecimiento, sino, como sugiere Warren Buffett, justamente lo contrario: las que NO lo tienen. Ahora si usted es Warren Buffett, no le importará si una empresa de su cartera no sabe qué hacer con el dinero que genera, ya usted conoce cientos de formas de invertirlo incluso mejor que la propia empresa (no se olvide que usted es el mejor inversor del mundo). “Si un dólar vale más en las manos del dueño que en las manos de la empresa, entonces hay que darle el dólar al dueño”, suele decir. Pero si usted NO es Warren Buffett, probablemente prefiera que ese dinero quede en manos del CEO de Google, o del CEO de Amazon, del CEO de Facebook, antes que en sus propias manos (no se olvide que estas fueron las 3 empresas que más rápido han crecido en los últimos 20 años, alcanzando el tamaño de Apple y Microsoft en menos de la mitad de tiempo).
Las acciones que dan renta (dividendos) no tienen nada de “superior” ni de “extra” con respecto a las que no dan. Simplemente son las que han tomado la política de repartir las ganancias entre sus dueños cuando no tienen nada mejor que hacer con ellas. No es el dividendo lo que hace mejor a una acción, sino las ganancias de la empresa que, dependiendo de la situación, pueden repartirse o no.
Por eso, si una persona elije a las acciones exclusivamente por sus dividendos, entonces pagará un costo alto… el costo de quedarse afuera de las inversiones de mayor potencial de crecimiento.
Sin embargo, esto no tiene nada de malo. No todas las personas buscan invertir con el objetivo de obtener los mayores rendimientos por su dinero. Hay quienes valoran más la facilidad de que se le acredite un monto periódico en su cuenta sin tener que tomar decisiones.
Cada persona tiene que considerar sus objetivos, sus necesidades y el tiempo que tiene por delante para permitir que sus inversiones crezcan. Yo, personalmente, me enfoco en el potencial de crecimiento a futuro y no en la renta. Es mi forma natural de ver las inversiones. Claramente, si existiera alguna razón por la que deba liquidar una parte de la cartera, tengo que hacer la tarea extra de decidir cómo, cuándo, cuánto, etc. Pero bueno… ese es mi trabajo y para mí es divertido, pero nadie tiene porqué que pensar igual. Invertir en empresas de alto potencial y decidir en el futuro cómo hacerse de las ganancias, es para mí la mejor combinación para obtener altos retornos con ingresos pasivos (y activos).
Hubo años más sencillos para “vivir de renta” en el pasado y los habrá en el futuro. Este es un momento atípicamente complejo para ello, pero nada dura para siempre. La realidad no es constante: hay ciclos, hay cambios de reglas, hay marchas y contramarchas. Es es el inversor quien se va adaptando a cada uno de los tiempos de la mejor forma posible. Es el inversor quien evoluciona.
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