Cuando era chico, solía escuchar un cuento acerca del valor del conocimiento. El cuento era más o menos así (créditos al sitio crearmiempresa.es):
En una gran empresa industrial, un enorme generador que valía cientos de miles de euros estaba dando problemas. Los ingenieros de la compañía habían revisado por todos lados y no encontraban el fallo. Entonces el director decidió volver a contactar a un antiguo empleado, un ingeniero muy bueno que en el pasado había solucionado muchos problemas, y que recientemente se había jubilado.
El hombre aceptó, y entró en la sala del generador donde permaneció durante dos horas, escuchando el sonido de la máquina y revisándola con cuidado. Después de este tiempo, salió, pidió una llave inglesa, volvió a entrar, apretó una tuerca y solucionó el problema.
El director de la empresa estaba muy agradecido y le preguntó al ingeniero cuánto le debían por el servicio. El jubilado respondió que su trabajo valía 10.000 euros. Evidentemente, al director esta cantidad le pareció abusiva, y por lo tanto le pidió al ingeniero que le presentara una factura detallada del servicio, y así fue:
Apretar una tuerca………………. 1 €
Saber qué tuerca apretar…. 9.999 €
El ejecutivo reconoció que sin la experiencia del antiguo empleado, no habrían encontrado la solución, y aceptó pagar la factura.
Las inversiones funcionan de una manera parecida, solo que es el Señor Mercado quien le paga al inversor de acuerdo a cuan bien o cuan mal haya hecho su trabajo, sin “paritarias” y sin piedad: si hacés mal tu trabajo, no solo no te paga sino que te hacer pagar a vos.
Aquí también se paga más por el “saber hacer” que por el “hacer” ya que para invertir solo se requiere ser capaz de tocar la pantalla del teléfono con algún dedo, mientras que para saber en qué invertir y cuándo invertir, se necesitan décadas de preparación.
Saber invertir no significa estar en lo correcto siempre. Peter Lynch, conocido por haber logrado un rendimiento anual promedio de 30% durante 1977 y 1990, dice en su libro One Up on Wall Street que para tener éxito solo basta con acertar 6 de cada 10 veces. Sin embargo, a mayor conocimiento, mejores son las chances de acertar.
El conocimiento es acumulativo. Quien estudia 10 horas por día acumulará conocimiento más rápido que quien lo hace a razón de 1 hora por día, y quien estudia 10 horas por días durante muchos años, le saca una ventaja abrumadora a los demás participantes. Incluso hoy en materia de inversiones, ni siquiera las computadoras pueden hacer un trabajo mejor que el de los hombres que más han estudiado.
El final
¿Hasta cuando vamos a seguir haciendo lo que hacemos? Cuando nos retiramos… ¿de qué nos retirarnos realmente?
Los jugadores de fútbol tienen su máximo rendimiento entre los 26 y los 30 años, y a los 35 empiezan a quedarse sin las condiciones físicas suficientes como para seguir “trabajando” a niveles muy competitivos. Para ellos, retirarse a los 35 o 40 años es algo normal.
Otros ven al retiro como el momento en que cumplen los años suficientes para poder dejar de trabajar y recibir una jubilación o pensión. Pero esto responde a una planificación financiera social y personal que muchas veces no se corresponde con las capacidades o con los deseos de cada individuo. De todos modos, para estos casos, es normal pensar que el retiro ocurre a los 65 o a los 70 años de vida.
Mientras tanto, Warren Buffett, que cumple 88 años el mes que viene, sigue yendo a trabajar de lunes a sábado a la oficina y lidera una compañía que se encuentra entre las 10 más valiosas del mundo, al mismo nivel que Microsoft,Google o Facebook.
¿Cómo es que alguien, cuya edad es 20 años mayor que el promedio de la edad jubilatoria, logra competir en uno de los niveles más exigentes de los negocios llevando adelante una compañía prácticamente solo? Recuerde que Berkshire Hathaway maneja activos por USD 325.000 millones, no tiene analistas y cuenta con solo 3 personas para tomar sus decisiones de inversión: entre Ted Weschler y Todd Combs manejan menos del 8% de los activos, mientras que Buffett es el único responsable por el 92% restante. Puede ver aquí el video con la explicación.
Para entender esto, primero es necesario conocer que a Buffett le apasiona lo que hace. Dedica su día entero a estudiar y además lo hace muy rápido: lee unas 500 páginas por día, por lo cual podría leer el libro de Peter Lynch (300 páginas) en una tarde.
Hace poco, Jeff Bezos, fundador de Amazon.com y el hombre más rico del mundo, compartió en una entrevista que a sus hijos y a sus empleados siempre les dice que “uno no elige sus pasiones, las pasiones te eligen a ti. Las personas pueden tener un trabajo, una carrera, o una vocación. Si puedes arreglártelas para descubrir tu vocación, habrás ganado la lotería”. Sin embargo, también agregó que “la mayoría de las personas nunca llegan a encontrar su vocación. Ya eres muy afortunado si llegas a tener una carrera, ya que muchas personas simplemente terminan teniendo un trabajo”.
De alguna forma, Warren Buffett encontró tempranamente su vocación. Sumado a eso, lleva casi 8 décadas de estudio y experiencia desde que compró su primera acción a los 11 años.
Pero lo más importante es que los resultados del inversor mejoran con el tiempo: el conocimiento se sigue acumulando, y los retornos también. Para poder invertir, no existen demandas físicas. Solo basta con que sigan intactas las capacidades cognitivas, es decir, que la cabeza funcione bien.
Estos ejemplos son los que me enseñaron el sentido del largo plazo.
Estoy agradecido por haber encontrado mi vocación en el mundo de las inversiones, por disfrutar de hacer lo que hago cada día y por querer seguir haciéndolo hasta mis últimos días.
Por eso Buffett se transformó en un modelo a seguir para mí. Para llegar a sus 88, me quedan todavía 48 años de vida y para ese momento, el S&P 500 se encontrará en torno a los 2.400.000 puntos, es decir, un 9.700% de ganancia respecto al nivel de hoy, más allá de los alzas y bajas que normalmente ocurren.
Es decir que a lo largo de ese período, cualquiera va a poder multiplicar por 100 veces su patrimonio y todavía mucho más si consigue rendimientos ligeramente superiores a los del promedio. Con un 15% anual (menos que el 20% de Buffett y el 30% de Peter Lynch) puede tener un retorno de 81.900%, lo que significa que puede multiplicar su patrimonio por 819 veces. Una inversión de USD 25.000 se convierte en USD 20.475.000. Esto, y un poco más, es nuestro objetivo con el fondo Grit.
Todo esto puede ser logrado sin necesidad de retirarse, o como diría Buffett, viviendo permanentemente “semi-retirado”.
Sería muy bueno tener mentores que te enseñen a invertir y perder el miedo por hacerlo