Le propongo algo. Tal como hicimos en algún otro momento, quiero compartirle una oportunidad de inversión para que usted la analice y nos cuente lo que haría. Es una oportunidad concreta sobre una empresa bastante conocida, en la que, incluso hoy, no tenemos la decisión tomada. Luego, cuando haya pasado el tiempo, me gustaría revisar lo que pasó y ver quién tuvo razón.
Pero antes, me gustaría hacer un comentario sobre algo de lo que se habló mucho la semana pasada y que tiene gran importancia para nosotros: el “mini-Davos” de Argentina.
Semana de promoción de inversiones
El tránsito colapsó durante la llegada de empresarios e inversores de todo el mundo al Foro de Inversión y Negocios de Argentina. Fue un evento que capturó la atención de los medios y mostró a la Argentina como un país atractivo para invertir. Después de esto, ¿Usted qué piensa? ¿Llegarán las inversiones?
Lo importante a tener en cuenta es que las inversiones son voluntarias. Nadie puede obligar a otro a invertir. Eventualmente, un país se puede mostrar “invertible”, y es el inversor quien decide si invertir o no. Por eso hoy, muchos analistas se preguntan si el evento causó efecto y llegarán las inversiones buscadas.
Ahora me pongo del otro lado del mostrador. Yo no soy analista, soy inversor. Por mi actividad, me invitan frecuentemente a eventos con el objetivo mostrarnos el potencial de algún país, y en particular, para generar encuentros con compañías privadas interesadas en captar capital de inversores extranjeros.
A veces pienso que me tocó el mejor trabajo del mundo: hago exactamente lo que me apasiona, tengo la posibilidad de reunirme con emprendedores brillantes, vivo analizando oportunidades que generan valor económico, cada año los gobiernos de distintos países como Italia, Brasil, Estados Unidos, etc. nos invitan a conocer sus empresas, sus programas de incentivos, que como resultado nos permite rodearnos de más oportunidades que generan valor económico, más encuentros con emprendedores brillantes, eso me apasiona cada vez más, y así se va potenciando todo en cada ciclo.
Los gobiernos de los distintos países se esfuerzan realmente mucho por promocionar las inversiones en su país: se hacen cargo de todos los gastos relacionados a nuestra visita, nos planifican una muy buena agenda de encuentros de negocios y actividades, nos enseñan sobre su economía, sobre su seguridad jurídica, y hasta ofrecen co-invertir en las empresas que nosotros seleccionemos para agregar a nuestro portafolio. Está claro que todo esto tiene una razón: el desarrollo de startups genera innovación, nuevo conocimiento, empleos calificados, mayor bienestar a quienes disfrutan de estas innovaciones, mayores divisas por exportaciones, una cultura dinámica que contagia a otros sectores de la economía, y acelera la productividad y la prosperidad del país. Los gobiernos hacen esto persiguiendo una valiosa causa, y en el camino, intentan atraer socios estratégicos para el largo plazo. Como inversor, no imagino nada mejor que esto.
Sin embargo, como dice un amigo y reconocido experto del ahorro: “no hay mejor ahorro que evitar comprar aquello que no se necesita”, que trayéndolo a nuestro ámbito, sería así como: no invertir en aquello que no nos sirva, aún si está en oferta o con incentivos insuperables.
En definitiva, más allá de los esfuerzos que hace un gobierno para atraer inversiones, la decisión final está en manos del inversor, y no hay incentivos ni promesas que valgan si lo que se está promocionando no genera un verdadero valor económico para quien toma el riesgo. Ésta es la regla general.
Yendo a lo particular, este “mini-Davos” es el puntapié inicial para poner a la Argentina dentro del mapa global de los inversores. Sin embargo, los inversores empiezan a prestar más atención cuando ven a los más importantes dar su voto de confianza concretando sus primeras inversiones, y el Gobierno muestra que, a medida que pasa el tiempo, las promesas se van cumpliendo. Esto es un efecto en cadena que necesita tiempo para que se desarrolle y depende de los hechos para poder comprobarlo. Pero si todo se hace bien, en el mediano plazo se ven sus frutos. Ojalá todo se dé de esta forma… y digo esto estando, en este caso, de los dos lados del mostrador.
Ponga a prueba sus habilidades. ¿Invertiría en Spotify?
Seguramente usted conoce la empresa Spotify, aquella que organiza toda nuestra música en el teléfono móvil.
Por mi parte, le confieso que no recuerdo cómo era mi vida antes de Spotify: mi despertador matutino funciona con música que viene de esta aplicación; cuando estoy en el living, pongo algunas de las varias listas de reproducción (ya sea por si quiero dejar música de fondo para trabajar o si quiero escuchar algo en particular) que se reproducen desde la TV a través de la red Wi-Fi de mi casa; cuando subo al auto, la aplicación se conecta por Bluetooth al sistema de audio y escucho alguna música nueva que se transmite directo desde Internet; en la oficina lo usamos para poner música de fondo; y cuando salgo a correr, se conecta automáticamente con mis mini-auriculares por Bluetooth para hacerme escuchar lo que había quedado pausado cuando me bajé del auto. Lo tengo completamente incorporado a mi “día a día”.
Sin embargo, en estos días se nos presentó la oportunidad de invertir en Spotify. ¿Cómo puede ser posible si Spotify no cotiza en bolsa? Fácil: hay algunos inversores o empleados que entraron a la empresa en etapas más tempranas (cerca del 2008), y que después de muchos años están dispuestos a vender una parte de sus acciones. Pero como no hay un mercado en donde venderlas, existen consultores u organizaciones que agrupan las acciones de todos los que quieren vender, y se contactan con potenciales inversores que quieran comprar. Es, por decirlo de alguna forma, algo bastante personalizado.
Este ofrecimiento que recibimos para invertir en Spotify vino de la mano de una noticia reciente sobre un récord de la compañía: la empresa acaba de anunciar que llegó a la marca de los 40 millones de suscriptores pagos. Ésta es no sólo una marca grandiosa para una empresa tan nueva, sino que además, hoy tiene más del doble de usuarios que su actual competidor fuerte, Apple Music, que cuenta con 17 millones de suscriptores pagos, y ambos están creciendo a casi la misma velocidad: en promedio, un 4.5% de crecimiento mensual. Usted…¿Invertiría en Spotify?
Hacer un análisis en profundidad de la inversión es bastante complejo porque, en primer lugar, esta tecnología es tan cambiante que no sabemos si puede aparecer alguna otra cosa que cambie todo de acá a 2 o 3 años. Aún si tuviéramos la capacidad de predecir el futuro, la información para tomar una decisión de inversión es bastante incompleta ya que, al ser una compañía privada, puede darse el lujo de compartir sólo lo que quiera y guardarse para sí toda información estratégica, que es la más importante para el inversor, con la excusa de no dar ventajas a la competencia.
De todas formas, a veces es posible conseguir algo de información para tener, a grandes rasgos, un panorama de cómo le va a la compañía. Así fue como analizamos recientemente a Uber, otra de las empresas más destacadas del mundo por su innovación, en cuanto a la conveniencia o no de invertir ahí. Puede ver el artículo en Mucha innovación pero mala inversión en donde también tuvimos que tomar la decisión de invertir o no ahí. Igualmente, esta vez me gustaría aprovechar esta nueva oportunidad para analizar otros aspectos a tener en cuenta.
Imaginemos por un momento que la empresa tiene sólidos fundamentos para ser un éxito en el largo plazo. ¿Cómo saber hoy si se está comprando a buen precio? Es decir, la máxima de las inversiones es: comprar barato, vender caro. ¿Cómo saber si usted no está comprando caro? En una transacción de inversión, cuando usted compra, alguien vende; cuando usted entra, alguien sale; cuando usted cree que es una buena oportunidad, alguien piensa que ya no lo es. Usted… ¿está completamente seguro de ser el único que está en lo correcto y que el equivocado es el otro?
Comienzo por compartirle un dato: Warren Buffett nunca invierte cuando las empresas recién salen a la bolsa. ¿La razón? Los precios a los que las empresas salen a la bolsa son “justos”, es decir, no están ni caros ni baratos. Son el resultado de un meticuloso análisis de los bancos de inversión que ofrecen las acciones en la Oferta Pública Inicial (o Initial Public Offering -IPO- en inglés). Por tanto, no hay forma de encontrar precios de oferta en las IPOs.
Imagine ahora que usted está ante la posibilidad de invertir en una empresa justo antes de realizar su Oferta Pública Inicial (o pre-IPO). Recuerde que quien le está vendiendo lo que usted quiere comprar, son inversores actuales o empleados que creen que ya es tiempo de desprenderse de algunas acciones. ¿Por qué quieren vender sus acciones? ¿Será porque tienen alguna necesidad personal de hacerse de dinero en efectivo? ¿O porque ya no es rentable mantener esas acciones? Ningún vendedor le va a decir a usted que quiere venderle acciones porque cree que ya no es un buen negocio. Sería muy tonto de su parte. Así que, hagamos de cuenta que siempre se trata de un cúmulo de necesidades personales. Aún así, ningún accionista de empresa privada puede ofrecer libremente acciones a inversores externos. De hecho, existe una cláusula que lo hará sospechar de todas las futuras oportunidades que reciba en estos términos:
- Los accionistas de una empresa suelen ponerse de acuerdo en que, antes de ofrecer acciones a un “extraño”, primero deben ofrecerlas a los accionistas actuales. Y sólo si éstos rechazan la oferta, entonces sí se pueden vender acciones a un “extraño”. ¿Para qué sirve este dato? Bueno, para resumir, si a usted (un “extraño”) le ofrecen acciones, es porque nadie de los de “adentro” quiso comprarlas. Esto no significa que la empresa no sea buena, sino que también puede ocurrir que su precio esté demasiado alto.
- Cuando una empresa hace su Oferta Pública Inicial (IPO), es normal que los inversores que pusieron dinero muchos años atrás estén impacientes por liquidar su inversión. Si todos los inversores y empleados salieran a vender sus acciones al mismo tiempo, el precio de las acciones se derrumbaría rápidamente. Para evitar esto, existe una cláusula que impide a los accionistas antiguos vender sus acciones en la bolsa hasta que no pasen al menos 6 meses desde que la empresa sale a cotizar. El problema es que, además del tiempo que usted debe esperar hasta que la empresa salga a cotizar en bolsa, también debe considerar el tiempo que transcurre hasta que termine este período de “bloqueo”. Ahora le consulto: ¿está usted dispuesto a correr el riesgo de esperar tanto tiempo justo cuando las bolsas estadounidenses están en sus máximos históricos y existe amenaza de suba de tasas y desaceleración mundial?
Hoy Spotify está en un gran momento. Pero invertir significa: asumir el riesgo de no conocer lo que va a pasar en el próximo par de años y ni conocer a fondo los fundamentos de la empresa. Respecto al precio, sabemos que recibimos un ofrecimiento sólo porque los inversores y empleados actuales han considerado que no es atractivo, y que tendremos que esperar un tiempo antes de poder liquidar nuestra inversión, aún cuando la empresa esté cotizando en bolsa. A todo esto, se le suma que el mercado lleva 8 años de subas ininterrumpidas, con amenaza de subas de tasas y desaceleración mundial.
No digo que la inversión sea mala. De hecho puede terminar siendo muy buena. Sólo apunto a que hay muchos factores a tener en cuenta, y que está en cada inversor asumir el riesgo que ello implica. No hay dudas que la empresa es un gran tesoro, el problema es que se encuentra del otro lado de un campo minado con bombas.
Por último, imagine que dentro de 4 años tenemos la posibilidad de volver a hablar de Spotify en este Newsletter (cosa que voy a hacer sea cual sea la situación de la empresa en ese momento). ¿Quién hubiera tenido razón? ¿El inversor que invirtió o el que no invirtió? Bueno, en realidad no tiene ninguna importancia. Nadie tiene razón por el sólo hecho del resultado de la inversión. Tiene razón el que hizo la inversión más razonable con la información que contaba al momento de tomar la decisión. Si a la empresa le terminó yendo mal, no significa que haya sido una mala decisión invertir. Y si a la empresa le fue bien, no significa que quien haya desistido estaba equivocado. Esto es justamente lo que se conoce como “Sesgo de resultado”. A veces, tomar la decisión de “no invertir” significa no querer correr el riesgo que, a juicio de quien decide, no está justificado por el beneficio que promete.
Usted.. ¿Qué haría?
Ah, una aclaración. Si usted hace su análisis y decide que sería bueno invertir, déjeme decirle que no se entusiasme hasta que conozca las condiciones.
Para tener acceso a invertir en Spotify, debe poder considerar estar manejando una cartera de por lo menos USD 5 millones. ¿Cómo se llega a este número? Bueno, para cualquiera de estas oportunidades, se necesita un mínimo de USD 100.000 (esto es casi un precio de “amigos” y para casos especiales, ya que sino se requiere un mínimo de medio millón de dólares). Si usted está formando una cartera con startups, y piensa tener entre 5 y 10 startups en su cartera, su cartera completa debe tener un mínimo de USD 1 millón, para no asignar mucho más de un 10 o 20% de su cartera a cada inversión y así poder diversificar. Además, en general se recomienda que las inversiones en startups (tomadas como un conjunto) no ocupen más del 20% de su cartera total (que incluye acciones, bonos, inmuebles, etc.). Es decir, que para tener una cartera de startups de USD 1 millón, debería tener al menos una cartera total diversificada de USD 5 millones.
Sin dudas, son requisitos altos para el inversor común, y para superar esto, es que existe Grit Invest.
Un encuentro para cuestiones generales
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se complace en invitarlo al Taller de Inversiones Ángeles a realizarse en el Auditorio del Estudio Beccar Varela, Tucumán 1 piso 2, el día martes 27 de Septiembre de 9:00 a 14:00 hs.
En dicho acto participarán como oradores Carolina Dams, Inversora Ángel y Decana de la Universidad Austral, Sebastián Ortega, Fundador y Director Ejecutivo de Grit Invest y del Club de Inversores Ángeles IG, Lisa Ocampo y Elian Álvarez, Directores del Club de Inversores Ángeles de Emprear y Roberto Crouzel, Socio del Estudio Beccar Varela.
Cronograma del evento
9:00 – 9:15: Santiago Sena
9:15 – 10:00: Lisa Ocampo y Elian Álvarez (portfolio de inversión, funcionamiento de los clubes de inversión, deal flow de proyectos).
10:00 – 10:30: Roberto Crouzel (due diligence e instrumentos de inversión).
10:30 – 11:00: Break
11:00 – 12:00: Carolina Dams (valuación y eventos de liquidez)
12:00 – 13:00: Sebastián Ortega (casos prácticos)
13:00 – 14:00: Almuerzo
Esperamos contar con su presencia.
Contacto: [email protected]
Van a armar un pool para llegar al monton requerido?
En este caso podríamos invertir desde el fondo III si necesidad de armar un pool específico. Pero es muy probable que el riesgo sea mucho más alto que el que estamos dispuesto a asumir.
Saludos.
Sebastian