Planificaciones Financieras más efectivas
Nuestro cerebro se terminó de formar en la época en que lo único importante para la sobrevivencia era no ser devorado por los depredadores. Está preparado para alertarnos rápidamente de los peligros que nos acechan. Sin embargo, para las inversiones, nuestro “sistema de alerta” puede llegar a convertirse en el peor enemigo de nuestros propios […]
Por Sebastian Ortega

Nuestro cerebro se terminó de formar en la época en que lo único importante para la sobrevivencia era no ser devorado por los depredadores. Está preparado para alertarnos rápidamente de los peligros que nos acechan. Sin embargo, para las inversiones, nuestro “sistema de alerta” puede llegar a convertirse en el peor enemigo de nuestros propios objetivos.

Cuando invertimos, ponemos en juego un dinero propio en pos de incrementarlo en el futuro. Buscamos una ganancia, pero también hay riesgo de pérdida. Y a nadie le gusta perder lo que le pertenece. La inversión requiere de tiempo, y durante ese período, podemos vernos envueltos en distintos estados emocionales: un día nos sentimos eufóricos y al otro temerosos.

Imagine esta situación: usted hace una inversión en la bolsa pensando ganar 15% en un año. Al cabo de los primeros 3 meses usted viene ganando 10%, pero de repente, la noticia de una suba en la tasa de interés hace caer las bolsas de todo el mundo, y usted pierde 5% en un sólo día. Esta situación se siente como una amenaza. Siente ansiedad. Piensa: “¿Podrá seguir bajando?”. Su mente se pone en estado de alerta. Su nivel de cortisol aumenta. Esto afecta al córtex prefrontal, encargado de regular la profundidad de las emociones y de efectuar un juicio adecuado de la situación. Su instinto de supervivencia lo impulsa a salvarlo del peligro y usted reacciona vendiendo sus acciones. De a poco se siente aliviado. Su nivel de cortisol baja y se siente otra vez en control de sus emociones.

Sin embargo, si se detiene a pensar, aún con esa última pérdida, usted venía ganando un 5% a lo largo de un trimestre, que proyectándolo a un año resultaría en un 20%… más de lo que pensaba ganar cuando hizo su inversión. ¿Qué pasó entonces? Ante el peligro, el cerebro actuó como en la época de los depredadores en donde no había tiempo para ponerse a pensar si quedarse o correr. Era todo o nada. Vida o muerte.

En las inversiones, las amenazas a veces tienen sentido y a veces no. Sobre-reaccionamos porque nuestro “sistema de alerta” nos quita la capacidad de comportarnos de acuerdo a la razón en situaciones de peligro.

Para evitar estas reacciones, podemos armar nuestra propia guía para ayudarnos a sostener el plan. Aquí van algunas ideas:

  • A la hora  de invertir, anotar las razones por las cuales tomamos la decisión y los objetivos que nos planteamos “en frío”. En momentos de miedo, podemos acudir a las anotaciones para entender si estamos ante una situación peligrosa o esperable.
  • El Premio Nobel de Economía, Daniel Kahneman, dice que “Nada en la vida es tan importante como crees como en el momento en el que estás pensando sobre ello” y propone imaginar las situaciones en contexto por períodos más largos de tiempo. En el caso de las inversiones, la idea sería analizar si las perspectivas de largo plazo se mantienen como cuando las analizamos inicialmente.
  • La mera sensación de no tener control sobre el futuro, nos genera estrés. Conocer con más detalle los posibles escenarios futuros no cambiarán los hechos, pero nos permiten armarnos de herramientas para disminuir esta sensación de incertidumbre.
  • Daniel Gilbert, profesor de psicología de Harvard, propone un método que nos permite ser emocionalmente más efectivos para planificar nuestro futuro. Consiste en consultar la situación a otra persona que haya vivido esa experiencia para intentar predecir mejor cómo podríamos sentirnos y así trabajar más apropiadamente sobre nuestra conducta futura.

Nuestro objetivo es tener mejores herramientas para poder aspirar a los mejores resultados posibles, con una mejor calidad de vida.

Sobre el autor

Sebastian Ortega

Sebastian Ortega

CEO Grit Invest

Doctor en Dirección de Empresas y Máster en Dirección de Empresas de la Universidad del CEMA, con especialización en Fusiones y Adquisiciones en la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard (EE.UU.) y especialización en Value Investing en la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia (EE.UU.)
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1 Comment

  1. Juan Ventre

    Ideas fuerza, pensamiento crítico, control de amenazas, son adaptaciones de nuestro cerebro en los últimos siglos, desde el Renacimineto, La evolución nunca se detiene. De todos modos, excelente aporte que contribuye a la serenidad reflexiva necesaria para la toma de decisiones. Felicitaciones.

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Grit Investment Fund, LP es un fondo de cobertura basado en Estados Unidos con licencia de la Securities and Exchange Commission (SEC) desde el año 2016 (ver registro en la SEC)