Cuando le piden consejos de inversión a Warren Buffett, él insiste siempre con lo mismo: “Regla #1: no pierda dinero; Regla #2: no olvide nunca la regla #1”. A veces hay nociones equivocadas en torno al riesgo de las inversiones en startups y ahí es donde apuntamos hoy.
Hace casi 2 años escribimos un artículo basado en una tesis doctoral de la universidad de Phoenix que analizaba la probabilidad de fracaso de una startup según datos recogidos por la industria (ver artículo aquí). El trabajo llegó a las siguientes conclusiones: el porcentaje de startups que fracasan en los primeros 2 años de vida están en un rango del 24% al 34%; pero llega al 50% si se toman en cuenta 4 años y hasta el 60% en 6 años.
¿Usted invertiría en un negocio con esas chances? No sé que piensa usted… pero yo no. Sin embargo, como comentábamos en el newsletter de la semana pasada, es sabido que las inversiones en Venture Capital tienen en promedio mejores rendimientos en la bolsa de valores en USA, y esto no es sólo de ahora. ¿Cómo podíamos hacer entonces para acceder a esta industria que se jacta de sostener los más altos rendimientos sin estar dispuestos a correr semejante riesgo? Esto fue lo que hicimos:
– Comenzamos por poner foco en startups que eliminen al máximo los riesgos específicos de un territorio. Si una startup dependiera de un subsidio que puede desaparecer, de comercializar un producto importado que puede no poder importarse más, etc. entonces intentamos evitarlas. Así, startups como Agent, GuideCentral o Wideo que están cada una en más de 100 países, no dependen de un contexto específico sino del grado en que su propuesta de valor sea bienvenida por el mercado.
– Ajustamos el foco en compañías que pueden mostrar métricas de tracción de mercado. Esto es, que se pueda analizar una tendencia en cuanto al crecimiento de seguidores, usuarios registrados, compradores, facturación, etc. Así llegamos a startups que en el pasado Mayo rompieron récords de facturación simplemente por sostener la velocidad de crecimiento que tenían cuando recibieron la inversión. Como ejemplos de esto tenemos los casos de Formafina, Sonoma, Itaro y Amaro, que con menos de 2 años de vida supieron llegar a facturar entre 300 y 500 mil dólares por mes, y tener una plantilla de entre 20 y 40 empleados cuando hace apenas 24 meses eran sólamente ideas de negocios.
Cada inversor tiene su propio nivel de aversión al riesgo. Mientras a algunos les gusta sentir el vértigo del riesgo, a otros eso no los deja dormir. Nosotros nos enfocamos en proyectos que tengan el máximo potencial de crecimiento pero evitamos aquellos que por su riesgo nos puedan hacer perder el sueño. Dentro de los distintos perfiles de inversores en startups, tenemos un perfil conservador en cuanto al riesgo, sin por ello relegar potencial.
Al día de hoy, ya se cumplieron 2 años de la primera inversión en Nubelo. Desde que empezamos a invertir, nuestro trabajo consistió en seleccionar aquellas compañías que tenían todas las cualidades para ubicarse en el 40% que estadísticamente sobreviven, les va muy bien, o excelentemente bien. Afortunadamente, todavía no tenemos ninguna compañía del portfolio que haya tenido que cerrar sus operaciones de entre las más de 15 startups en las que invertimos en el último tiempo (no contamos las inversiones en empresas que ya están consolidadas o fondos de inversión que también son parte del portfolio).
De todos modos, sería normal y esperable que existan compañías que encuentren dificultades para ejecutar sus negocios. Tal vez circunstancias que hayan sido impredecibles con anterioridad, aun cuando la trilogía equipo/producto/mercado sean muy buenos. De hecho, siguiendo las estadísticas para el día de hoy, deberíamos haber tenido unas 5 startups que hayan cerrado sus puertas ya y otras 5 que lo hagan en breve. Por eso no debería sorprendernos si ocurre esto mismo con algunas pero, por lo menos hasta hoy, venimos estando bastante lejos de estas estadísticas.
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