Han pasado ya 20 días desde que comenzó el año y todavía parece no encontrarse un rumbo para el petróleo, China, y cómo impactarán los nuevos aumentos en la tasa de interés de la FED. Algunos analistas aseguran que estamos en zona de rebote; otros sostienen que, por haber entrado en un “bear market” (mercado bajista), debemos esperar bajas más pronunciadas todavía. Peor aún, con la masificación de los medios digitales de comunicación, podemos llegar a recibir decenas de predicciones bursátiles en un mismo día que se contradicen entre ellas.
Lo cierto es que nadie tiene la “bola de cristal” para saber exactamente lo que va a pasar de aquí en adelante. De hecho, las investigaciones realizadas por Philip Tetlock, profesor de la Universidad de Pensilvania, sobre el tema de las predicciones, revela que incluso quienes tienen por trabajo hacer pronósticos y hasta los que han acertado pronósticos alguna vez, son muy poco efectivos a la hora de predecir con certeza lo que ocurrirá en el futuro, y especialmente, para predicciones que dependen de una innumerable cantidad de factores difíciles de estudiar, como es el caso de la evolución de la bolsa de valores.
Uno de los hombres más ricos del mundo, cuya fortuna viene exclusivamente de hacer buenas inversiones, Warren Buffett, coincide con los resultados de Tetlock en la imposibilidad de predecir cuándo será la próxima crisis económica y cuál será su magnitud. Ni siquiera se preocupa por eso. Su receta es la siguiente:
- Analiza empresas para encontrar aquellas que generen buenos ingresos.
- Espera y espera. Tal vez por un año, por 5 o por 10, hasta que sea el momento de comprarlas.
- Cuando las acciones de las empresas “marcadas” presentan precios atractivos, se lanza a comprar tanto como le es posible. Sin miedo, sin especular.
- Por último, espera 10 o 20 años hasta que la empresa tome vuelo. En algunos casos las vende, y en otros las mantiene para siempre.
Lo llamativo del momento en que compra, es que Buffett no está interesado en encontrar el momento perfecto, es decir, no busca hacerlo en el punto más profundo de una crisis económica. Dado que ese punto es imposible de predecir, compra acciones incluso ante el riesgo que éstas sigan bajando. De lo que sí está seguro, es que tarde o temprano van a subir ya que, si una empresa crece en ingresos, en el largo plazo los precios de las acciones acompañan. Si la empresa tiene buenos fundamentos, prácticamente no existe crisis económica que la lleve a perder mucho más del 50% de su precio. Eso, deja a Buffett tranquilo y es la razón principal por la que él no está atento a la evolución de los mercados en el día a día. Incluso, dice, podría estar tranquilo si la bolsa cerrara por años y no hubiera cotizaciones para sus empresas.
En momentos como estos, se hace entretenido jugar a predecir el momento en que los mercados reboten. Sin embargo, no deberíamos depender de eso para tomar una decisión de inversión ya que nadie ha hecho una fortuna a base de sus predicciones.
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