El “Black Friday” (“Viernes negro”) es el día en que se inaugura la temporada de compras navideñas en donde los comercios ofrecen sus productos con super ofertas. Se celebra un día después del “Día de Acción de Gracias” en Estados Unidos (viernes pasado) y a esto le sigue el “Cyber Monday” (“Lunes cibernético”) dedicado a las compras por Internet.
Hay quienes esperan todo el año para hacer sus compras en estos días de oferta, y hay quienes compran en cualquier día del año excepto en estos días. ¿Usted aprovechó alguna oferta? En caso que sí… ¿Cómo logró saber que eso era una verdadera oferta? O mejor aún (y perdone mi escepticismo): ¿Se siente usted capaz de distinguir si un producto está en oferta independientemente del día en que vaya al comercio?
Saber si un producto está en oferta o no, suele ser más difícil que lo que uno piensa. Le pongo un ejemplo:
En nuestra oficina somos la mayoría informáticos. Si analizamos la compra de una computadora, comenzamos por analizar cada uno de sus componentes: la capacidad y velocidad de cálculo del procesador junto con su cantidad de núcleos para saber cuántas tareas puede realizar en simultáneo sin perder rendimiento, la resolución y tecnología de la pantalla, las revoluciones por minuto del disco rígido, etc. Con todo eso podemos juzgar si una computadora puede cubrir nuestras necesidades, y también podemos estimar cuál es su verdadero valor. Por tanto, cuando conocemos el precio, podemos deducir rápidamente si una computadora está en oferta o está cara. No resulta extraño entonces que nuestros familiares nos escriban por WhatsApp cada vez que encuentran una computadora en oferta, en búsqueda de nuestra aprobación.
De alguna manera, con tiempo y dedicación, hemos desarrollado una habilidad para reconocer el valor de las computadoras más allá de su precio de venta, y ésta es la clave para juzgar si estamos ante una verdadera oferta. Pero si nos preguntan por algo fuera de lo que conocemos, nos resultaría casi imposible desarrollar una habilidad similar en poco tiempo.
“Precio es aquello que pagas y valor es aquello que obtienes.” Warren Buffett
Pero volviendo al planteo inicial, hay quienes esperan todo el año para comprarse aquello que les gusta el día de las ofertas. No compran ningún sustituto. Esperan lo que tengan que esperar para comprar exactamente lo que quieren cuando está a buen precio. Estos compradores priorizan la satisfacción que les causa aquello que desean. Este es el enfoque de Charlie Munger -socio de Warren Buffett– a la hora de comprar acciones. Cuando él se “enamora” de una empresa, espera todo lo que sea necesario (incluso una década) hasta que sus acciones estén a buen precio, y cuando ello ocurre “se casa para toda la vida”, como fue en el caso de Coca Cola, que esperaron varios años hasta poder comprarla en oferta en el crack del ‘87. La parte difícil de esta estrategia es desarrollar la paciencia suficiente requerida para encontrar exactamente lo que se busca. Charlie Munger suele decir: “En las inversiones no se gana dinero con las compras, ni con las ventas… en las inversiones se gana dinero con la paciencia”.
Pero también están quienes disfrutan de salir de compras día tras día y aprovechar las mejores ofertas que pudieran encontrarse. Estos compradores no le dan importancia al “enamoramiento”. Aquel producto que sea útil y esté en oferta, les resulta “atractivo” aún si no habían pensado en él previamente. Estos compradores priorizan la satisfacción que les causa aprovechar una oportunidad. Este es el enfoque de Ben Graham, el padre de las Inversiones de Valor, que armaba su portafolio de inversión en base a las ofertas que encontraba cuando salía de compras, utilizando un criterio estrictamente utilitario.
“Si va de compras por el mercado de valores, elija de la misma forma en que compraría comestibles, no de la forma en que compraría un perfume.” Ben Graham
La parte difícil de la estrategia de Graham es reconocer el valor de las diversas cosas que van apareciendo en el camino.
En mi caso, si voy de compras a Walmart, podría juzgar razonablemente bien las ofertas en la sección de computadoras, pero sería incapaz de juzgar las ofertas en el resto de los productos. Peor aún, no importa cuánto sepa sobre computadoras, probablemente caiga en el típico error de intuir que un algún otro producto está en oferta solo porque figura a un precio más bajo que el día anterior (como pasa en el Black Friday o Cyber Monday) incluso si ese día anterior habían subido los precios solo para poder mostrar un descuento durante las celebraciones… nada distinto a cuando un inversor compra una acción solo porque bajó de precio, incluso si su aumento anterior fue injustificado, creyendo que está comprando una oferta, cuando en realidad está comprando algo que todavía sigue siendo caro a pesar de lo que bajó. Ese riesgo solemos correr cuando no podemos estimar el verdadero valor de las cosas.
Usted… ¿qué estilo de compra tiene? Tal vez su estilo de compra lo defina como inversor. Por las dudas aclaro que ningún estilo significa que esté bien o mal. Son estilos diferentes. Cada uno tiene ventajas y desventajas que pueden sobrellevarse mejor según sea la personalidad de cada inversor. Warren Buffett, en sus comienzos, tuvo un estilo más parecido al de Graham, y con el tiempo fue adquiriendo características del estilo de Munger.
La próxima vez que vaya de compras tome nota de cómo es su estilo. Tal vez le sirva para sacar el mejor provecho del inversor que lleva dentro.
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