A mediados de marzo, cuando la incertidumbre por el Coronavirus era máxima y los inversores estaban en modo “pánico” viendo a los mercados derrumbarse un 33%, hubo alguien que, a contramano del mundo, anunció que acababa de ganar una fortuna: USD 2.6 mil millones en menos de un mes (más de lo que vale toda YPF). ¿Lo mejor? Ganó esa impresionante suma arriesgando apenas el 1% de ello. Así, esta jugada se ganó el primer lugar en la lista de las mejores apuestas de la historia, destronando a los famosos USD 1 mil millones logrados por George Soros cuando apostó contra la libra esterlina en 1992. ¿Quién fue? ¿Qué hizo? ¿Cómo es que le fue tan bien cuando al resto le iba tan mal?
De inmediato, los medios querían tener la palabra del hombre detrás del batacazo histórico. Se trata de Bill Ackman (foto de portada), el fundador de la firma de inversiones Pershing Square.
Resulta que en la 3ra semana de febrero, cuando los mercados batían máximos históricos, Ackman presintió que una fuerte baja en los mercados podría estar cerca a causa de la aparición del Coronavirus. Para sacar provecho de eso, hizo una jugada maestra: compró una especie de “póliza de seguro” que lo cubría en caso que ciertos bonos caigan de valor. Para ello, y al igual que cuando usted adquiere un seguro para su auto, Ackman debía pagar la “cuota del seguro” por la módica suma de USD 41 millones por mes, tal como él mismo lo explicó días más tarde en una entrevista.
El destino quiso que en las siguientes 3 semanas ocurriera el mercado bajista más rápido de la historia, haciendo que el precio de los bonos “asegurados” bajen, y dándole a Ackman el derecho a cobrar un monto de USD 2.6 mil millones de su “póliza de seguro”…incluso ANTES DE HABER PAGADO LA PRIMERA “CUOTA” (esto es, gol de la victoria de media cancha en tiempo suplementario en la final del campeonato mundial con un jugador que entró en el minuto anterior).
¿Se entiende? Es como si usted hubiese contratado un seguro de vida para un familiar que se encuentra muy bien de salud, y apenas 3 semanas más tarde su familiar fallece, haciendo que usted cobre el monto total del seguro antes de haber pagado la primer cuota (este último ejemplo, que parece ficticio, es en realidad una alternativa de inversión muy popular en EE.UU., de hecho, un antiguo miembro de nuestro Club de Inversores es productor de seguros y ofrece exactamente esta inversión). En este caso, el que “falleció” (temporalmente) fue el mercado, catapultando a Ackman a la historia de las finanzas.
Fue una apuesta muy fuerte en el lugar justo y en el momento exacto, que le permitió a Ackman multiplicar su “inversión” por 100 veces en tan solo 3 semanas. Sin dudas, se merece el premio y la fama que recibió. Fue una verdadera genialidad. ¡Chapeau! (como diría Moria).
Ahora bien, ¿Usted podría tener alguna chance de acceder a los mismos rendimientos que consiguió Ackman? (Agárrese fuerte de la silla porque la respuesta le va a hacer pegar un salto) ¡SI! ¡SI PUEDE! ¡Hurra! Pero le digo algo que lo va a sorprender todavía más (ahora abróchese el cinturón de seguridad y tenga a mano la pastilla para el corazón, porque no quiero que le agarre algo justo ahora): ¡Usted puede tener MEJORES rendimientos que los de Ackman! (¿vió? le dije que tenga a mano la pastilla por las dudas).
Por si usted no lo sabía, todos los fondos de gran tamaño deben declarar sus inversiones ante los reguladores cada trimestre. De esta forma, usted puede saber en qué invierte Ackman y copiarlo descaradamente, sin reconocerle ni un centavo, y esto es legal. Al final del trimestre pasado, las principales compañías de su cartera eran:
- Park Hotels and Resorts (PK)
- Blackstone Group (BX)
- Howard Hughes Corp. (HHC)
- Restaurant Brands International (QSR)
- Starbucks (SBUX)
(puede ver sus principales 10 inversiones en este artículo)
Pero quien venga siguiendo nuestro newsletter objetará que conocer los nombres de las inversiones de otro no sirve absolutamente de nada, aún si se tratara de una cartera “ganadora”… y tiene razón, por eso ni a Ackman ni a Buffett ni a nadie le afecta si usted quiere copiarlos. Como explicamos en un artículo anterior, si alguien no siente suficiente confianza en sí mismo para juzgar porqué tiene que comprar, mantener o vender una acción, tarde o temprano terminará reaccionando en contra de sus propios objetivos y sin darse cuenta, tal como quien pretende rebajar 15 kilos en un mes haciendo una dieta extrema, poniendo su salud en riesgo para finalmente terminar pesando más que cuando empezó la dieta, y nunca supo porqué pasó eso. Como dice Warren Buffett: “La mayoría de las personas no deberían invertir en acciones individuales” (puede ver aquí un artículo que analiza este tema).
Pero si usted no cuenta con los conocimientos o la experiencia para juzgar por sí mismo si una inversión le conviene o no, o si siente que hay oportunidades que no están a su alcance, como la que aprovechó Ackman en La mejor apuesta de la historia, le tengo una buena noticia: ¡Hoy usted cuenta con la posibilidad de delegar esa tarea! Es más, ¡Usted puede hacer que el mismísimo Ackman le maneje sus inversiones! ¿Cómo? Bueno, no es tán difícil. Resulta que el fondo de inversión de Ackman, cotiza en la bolsa de valores de Amsterdam desde hace 5 años, por tanto usted puede comprar una acción del fondo y… ¡ualá! (no, esto no es propaganda de la empresa Ualá). De este modo, el gran Ackman tomará las decisiones por usted, y de esta forma usted participa de cada inversión que él hace incluyendo la de La mejor apuesta de la historia (si hubiera invertido previamente, claro) antes que lleguen siguiera a conocerse públicamente. ¿No es genial? Bueno, en realidad no tanto. Le cuento.
Resulta que Ackman, a lo largo de su carrera, intentó hacer muchas apuestas como la que analizamos en este artículo, y les salió mal… ¡Muy mal! Dejando de lado que su primera firma de inversiones tuvo que liquidarse por haber apostado casi todo a una compañía que quebró, uno de los casos más resonantes fue Herbalife, compañía dedicada a suplementos dietéticos, en donde apostó USD 1 mil millones a que la empresa quebraría.
Inmediatamente después de su apuesta, acusó públicamente a la compañía de llevar a cabo un sistema piramidal de estafa en donde los vendedores reclutaba a nuevos candidatos “ingenuos” con promesas de pago que casi nunca se cumplirían, algo así como el sistema de reclutamiento de Avon o las ollas Essen que se hace de boca en boca y cuyos productos se venden en forma directa en reuniones caseras.
Por supuesto, las acciones de Herbalife cayeron tras la acusación, tal como Ackman quería, pero solo pasó por un breve período de tiempo. Luego comenzaron a subir y subir, en vistas de que no pudo comprobarse que hubiera algo ilegal, aunque sí polémico, en su sistema de reclutamiento. Ackman, convencido que tenía razón, mantuvo firme su apuesta por los siguientes años y sufrió una pérdida de USD 500 millones hasta que finalmente se deshizo de ella.
Fueron tantas las malas decisiones de Ackman, que ni siquiera La mejor apuesta de la historia llegó a compensarlas.
Si usted hubiera invertido USD 10.000 en el fondo de inversión de Ackman (el nuevo, porque el primero quebró) cuando salió a cotizar en la bolsa a finales del 2014, hubiera sufrido pérdidas del 45% a lo largo de los primeros 4 años, y recién en 2020 hubiera recuperado su inversión hasta tener hoy apenas USD 10.476, es decir, un 4.76% de ganancia durante una de las mejores décadas de la historia bursátil y las ganancias de La mejor apuesta de la historia incluidas. Mientras que si hubiera invertido esos mismos USD 10.000 el mismo día pero en la empresa de Warren Buffett, que no hizo ninguna inversión espectacular, tendría hoy USD 13.234, es decir, un 32,34% de ganancia, que es un rendimiento casi ¡7 veces mejor que el de Ackman!; y de haber invertido en el S&P 500, tendría hoy USD 16.253, es decir, un 62,53% de ganancia, que es un rendimiento ¡13 veces superior al de Ackman! Puede ver la comparación en el siguiente cuadro.

Lo que el inversor inteligente puede notar aquí es que evitando todas las jugadas “magistrales” de Ackman, tanto las buenas como las malas, podría haber conseguido rendimientos 10 veces superiores a los suyos. Esta lección resulta evidente solo cuando miramos hacia atrás. En el presente, muchos no logran percibir el valor de las inversiones que no se hacen (o de los errores que no se cometen); el problema es que tiempo que perdemos en darnos cuenta, no lo podemos recuperar.
Por supuesto, Ackman no forma parte de ese 5% de inversores que le ganan a los mercados, sin embargo, la historia financiera lo seguirá recordando como el hombre que predijo el pánico bursátil del Coronavirus y el que mejor lo aprovechó.
Mientras tanto, nosotros seguiremos enfocados en las estrategias de los inversores más exitosos del mundo, que no hacen jugadas espectaculares, que no arriesgan pronósticos, y que silencionsamente le ganan al 95% de los inversores en el largo plazo, tal como ocurre en el cuento de la Carrera entre la liebre y la tortuga.
Las VERDADERAS mejores jugadas, no son las que salen en los titulares, sino justamente las que ganan de verdad y pasan desapercibidas frente a los ojos de los demás.
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