Cuando estamos decidiendo una inversión, tenemos la mirada puesta en todo lo que vamos a cosechar en el futuro. Algunos piensan en cosas específicas como viajes o autos; otros piensan en retirarse y dejar de trabajar; y otros piensan simplemente en alcanzar el status de “millonarios”.
Pero ni bien la inversión queda concretada, nos volvemos repentinamente ansiosos y queremos que todo eso que imaginamos llegue lo antes posible.
¿Cuántas formas hay de lograr ese sueño de una manera rápida? Si pensó en sacarse la lotería o casarse con alguien que tenga dinero… bueno… no me estoy refiriendo a eso.
Sabemos que cuanto más alta sea la rentabilidad de una inversión, más rápido vamos a llegar a nuestra meta financiera. Por eso, los inversores buscamos la máxima rentabilidad dentro del nivel de riesgo que nos permita dormir tranquilos.
Pero la mayoría de las inversiones convencionales tienen tasas de crecimiento que van entre el 5 y el 15% en promedio. Por ejemplo, en los últimos 10 años, el NASDAQ, principal indicador de las compañías tecnológicas de EE.UU, ganó en total un 144%, es decir, pasó de 1.862 a 4.570 a un ritmo promedio de 9.39% anual.
Si tenemos para invertir un capital de USD 10.000, necesitamos casi 8 años para ganar otros USD 10.000 al ritmo al que vino creciendo el NASDAQ en la última década.
En particular, 3 personas ya conocidas por los inversores de Grit Invest se dieron cuenta de esto hace un par de años y decidieron hacer algo para cambiar su futuro.
Los fundadores Nima de Formafina, Jan de Itaro y Alykhan de Sonoma, iniciaron sus carreras profesionales en destacadas entidades financieras dedicadas a las inversiones. Pasaron por las mejores universidades del mundo como Harvard, INSEAD o Brown University, y se volcaron a estudiar e invertir en forma profesional con la vista puesta en alcanzar sus propias aspiraciones.
Pero eso no fue suficiente. Desde sus lugares como inversores, cada uno descubrió que existía una forma todavía más rápida de acelerar ese futuro. Que la máxima aceleración en la creación de riqueza se da siempre en los inicios de una compañía. Es justamente el momento que va desde la generación de una idea innovadora hasta el logro de tracción en el mercado. Sólo así se podía crecer hasta 10 veces más rápido que en las alternativas a las que estaban acostumbrados a analizar.
Con menos de 30 años cada uno, dejaron sus trabajos como inversores profesionales y decidieron llevar adelante las ideas por sí mismos como fundadores de empresas. También asumieron un riesgo importante: el de no poder lograrlo. Por otro lado, tomaron una decisión que no es para cualquiera: hay quienes dicen que el crecimiento rápido de una startup se debe en gran parte a que los fundadores trabajan en 2 años lo mismo que hubiesen trabajado en 10, sólo que con más intensidad y menos garantías.
Estos 3 inversores encontraron la forma crecer en menos de 24 meses a un ritmo que no hubiese sido posible desde sus trabajos anteriores con inversiones más convencionales. Hasta hace 2 años, ni Formafina, ni Itaro, ni Sonoma habían nacido todavía. Sin embargo, hoy tienen un valor conjunto de más de USD 25 millones, que está distribuido entre los fundadores y los inversores que confiaron en ellos desde un primer momento.
Si usted no está entre los que tiene pensado dejar lo que está haciendo para lanzar una startup, entonces puede estar del lado de los que confían en las startups desde sus inicios y participar de su crecimiento.
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