Nada mejor que hacer una inversión que rinda un 15% anual en forma garantizada y dejarla allí sin tocar para que crezca por todo el tiempo que sea posible. A ese ritmo, su dinero se duplicará cada 5 años. Si usted invierte USD 10.000 cuando cumple 27 años, puede retirarse con USD 1 millón para cuando cumpla 60 y tener una renta de USD 150.000 dólares anuales. Nada mal.
¿Dónde pueden conseguirse estos altos retornos garantizados?
Los altos retornos pueden verse a diario. Sin ir más lejos, el bitcoin creció 800% en el último año. Sin embargo, lo que muchos inversores buscan es conocer estos altos retornos por anticipado y tener alguna garantía o seguridad de que recibirán ese retorno una vez hecha la inversión.
Esta fue la inquietud que me acercaron distintos inversores en los últimos días y por eso me quiero detener en algunos ejemplos. Les resumo sus comentarios:
– Alguien me contó que había invertido en Obligaciones Negociables (préstamo a empresas) de YPF con un rendimiento del 10% en dólares.
– Luego, me comentaron acerca de un fondo de criptomonedas que prometía rendimientos de entre 5 -como mínimo- y 15% en dólares MENSUAL.
– Por último alguien que me recordó acerca de unos préstamos privados que retornaban un 12% anual en dólares y quedaban sellados ante escribano público.
Estas inversiones entre muchos otras, fueron realizadas por personas que están leyendo hoy este artículo. Un aspecto en común: todos estos altos rendimientos garantizados se encuentran (o se encontraban) particularmente en Argentina. ¡Qué bueno que un solo país concentre tantas alternativas con retornos garantizados muy por encima de los que se consiguen en el resto del mundo!
Sin embargo, cuando ahondamos un poco en estos casos, resultó que estos altos retornos no eran “tan garantizados”. En algún lado estaba el riesgo, aunque no se viera a simple vista.
En el caso de las Obligaciones Negociables de YPF, cuando el inversor los quiso retirar, resultó que solo disponía de una parte de su capital: el 40% fue a refinanciación. Ese atractivo 10% reflejaba nada menos que el riesgo de que YPF no logre pagar sus obligaciones.
En el caso del fondo de criptomonedas: mientras los mercados estuvieron en alza (antes del 2018), la promesa funcionó. Pero cuando el mercado cambió de rumbo, los inversores perdieron hasta el 80% de su dinero. Los fondos que hoy prometen las mayores ganancias y hasta se animan a decir que son “garantizadas”, son principalmente aquellos que nacieron durante el mercado alcista de los últimos 2 años. Todo funciona… hasta que deja de funcionar.
En el caso de los préstamos privados al 12% anual en dólares, bueno, fue un caso que se hizo conocido en todos los medios de comunicación, porque se trató de una maniobra fraudulenta bajo el Esquema de Ponzi -no es necesario ni nombrarlo-. Lamentablemente, varios conocidos nuestros tuvieron la mala suerte de caer en ello. A propósito, hace un par de días murió en la cárcel Bernard Madoff, quien orquestó la mayor estafa piramidal personal de la historia. Si quiere conocer más sobre el tema, puede ver la película “El mago de las mentiras” con Robert De Niro y Michelle Pfeiffer.
Si una inversión promete altos retornos garantizados y líquidos, seguramente se trate de algo demasiado bueno para ser verdad. O dicho de otro modo: seguramente, no sea verdad.
Las únicas inversiones que podríamos considerar “garantizadas” (o más técnicamente “libres de riesgo”) rinden hoy un 1,7% anual con bonos estadounidenses a 10 años. Todo lo que rinda por encima de ese 1,7% anual tiene alguna cuota de riesgo, la veamos o no. No existen hoy las inversiones del 15% anual “garantizado” (en 1981 sí llegaron a existir brevemente como comentó Warren Buffett en su reciente carta a inversores).
Nota: Que una acción baje un 5% no es riesgo sino volatilidad. El riesgo es la probabilidad de sufrir una “pérdida permanente del capital”. Riesgo y volatilidad son cosas distintas. El S&P 500 tiene bajo riesgo, pero puede tener alta volatilidad en ciertos períodos.
Este 1,7% anual es tan insignificante para los inversores, que muchos decidieron poner a trabajar su dinero en alternativas “no-garantizadas” como las acciones, y esa es justamente la razón por la que los mercados financieros se encuentran hoy en sus máximos históricos (no es ninguna casualidad, sino una clara causalidad).
Si alguien busca rendimientos por encima del 1,7% anual, probablemente tenga que asumir una cuota de riesgo y hasta realizar inversiones en donde no es posible predecir cuánto vamos a ganar en el año próximo o cuándo podrá hacerse líquida nuestra inversión. Pero vale la pena el esfuerzo: Warren Buffett nunca pudo predecir cuánto podrían variar sus inversiones de un año para el otro, y sin embargo lleva acumulado 2.810.526% en los últimos 55 años.
¿Qué se puede hacer si estos retornos garantizados son tan bajos que no nos permiten llegar a nuestros objetivos financieros?
Bueno, la respuesta es simple aunque un poco amarga: no es posible hacer nada. Solo es posible esperar a que las condiciones se vuelvan más favorables. Siempre sucede. Los mercados se mueven en ciclos. Solo hay que tener paciencia.
Sin embargo, hay quienes por su trabajo o su impaciencia, decidieron no esperar y encontraron soluciones creativas a estos bajos rendimientos actuales: pedir dinero prestado (¡mucho dinero prestado!) para generar un “efecto palanca”, y de esta forma transformar un rendimiento conservador de un 5% en un 20%.
Este fue el caso de Bill Hwang, un inversor de origen coreano que con esta estrategia hizo crecer su fondo de inversión hasta los USD 100 mil millones y él mismo llegó a acumular una fortuna personal de USD 20 mil millones.
Durante muchos años Hwang fue considerado uno de los inversores más exitosos de Asia hasta que un día, una pequeña baja en sus inversiones le provocó una pérdida tan grande (debido al “efecto palanca” de invertir con dinero prestado) que perdió prácticamente toda su fortuna personal en 2 días. Fueron 20 años para construir una exitosa carrera y 2 días para perderlo todo, marcando un récord: nunca nadie había perdido tanto dinero y en tan poco tiempo.
Esto es también parte del riesgo que no siempre se ve: una inversión relativamente garantizada se vuelve riesgosa cuando usamos dinero prestado para invertir. Durante mucho tiempo el “juego” puede salir bien, pero el día que sale mal, se pierde todo. Es como ir a USD 240 kilómetros por hora en el auto: mientras nada pase, uno viaja muy rápido, pero una mínima piedra que se nos cruza en el camino nos puede resultar fatal.
Cuando se debe esperar… lo mejor es esperar. Las soluciones “creativas” para tener mayores rendimientos en circunstancias desfavorables pueden terminar peor que el propio problema que queremos solucionar.
Por eso Warren Buffett, suele decir:
“La regla #1 de las inversiones es: no perder dinero” – [como Bill Hwang]
“La regla #2: no olvidar la regla número 1”
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