Hoy estamos viviendo un momento histórico: hace minutos la FED acaba de elevar la tasa de interés de referencia por segunda vez después de una década de mantenerla en niveles inusualmente bajos (recuerdo que cuando lo hizo la vez anterior a esta altura del año pasado, los mercados bajaron un 20%) y los índices bursátiles están batiendo los máximos históricos, justo cuando estamos a pocos días de ver asumir a Donald Trump como el nuevo presidente de los Estados Unidos. Es un momento ideal para comprarse unos pochoclos, ponerse los anteojos 3D y asistir a la película más atrapante de los últimos 8 años. Hoy… usted, ¿invertiría o esperaría?
Si usted decide no invertir pero continúa viendo en las noticias que los mercados baten récords día tras día, entonces le anticipo algo: usted va a sentirse incómodo. Pero tampoco será el único. En estas situaciones, dos tercios de los inversores que no invierten cuando todo sube sienten algo que se lo conoce en inglés como “FOMO” por “Fear Of Missing Out” (“miedo de quedarse afuera”- en español-) que es algo así como un miedo o angustia a quedarse ausente de una situación de la que los demás están disfrutando. A medida que todo sube, este “FOMO” va generando ansiedad que luego se transforma en arrepentimiento (léase “emociones”), haciendo que un día gran parte de la gente que lo padece simplemente decida sumarse a la fiesta asumiendo el riesgo de que todo se termine muy pronto. Claro está que si mucha gente compra por no quedarse afuera, los mercados seguirán subiendo incluso más allá de lo razonable.
Mientras tanto, un pequeño número de impopulares inversores profesionales, despojados completamente de sus emociones, deciden vender sus acciones porque consideran que ya están suficientemente caras tal como analizábamos en el post “El divorcio pre-acordado”.
Es ahora cuando se da lo más interesante del mundo de las inversiones y es por eso que le pido que preste mucha atención.
Imagine que de acá a fin de año las bolsas siguen subiendo… ¿Qué cree usted que va a leer en las noticias? Usted va a encontrar un montón de historias sobre cómo una nueva generación de talentosos “gurús” de las inversiones le “ganan” a los inversores de más trayectoria como Buffett, Soros, Dalio, Klarman, etc. y sin lugar a dudas, eso sería correcto si medimos los resultados de cada grupo. Sin embargo, esta situación puede ser engañosa. De hecho, ya ocurrió en el pasado y engañó a más de uno. Le cuento porqué.
“Sea ambicioso cuando los demás sean temerosos, y sea temeroso cuando los demás sean ambiciosos” – suele decir Warren Buffett.
Hoy, cuando los mercados están superando sus máximos día a día y la confianza de los consumidores está en su mejor momento, los inversores profesionales empiezan a volverse temerosos. En el corto plazo, cuando los mercados sigan subiendo por el FOMO y otros tantos factores, los inversores profesionales se quedarán fuera de la fiesta sin la oportunidad de disfrutarla, es decir, de capturar esos rendimientos. Por un momento, los que apuesten a mayores subas seguirán siendo los principales ganadores, pero eso no significa que estén invirtiendo con mucha lógica.
Tarde o temprano llegará el día en que los mercados comiencen a revertir la tendencia. En esa ocasión los más talentosos comenzarán a perder su talento, mientras que los más experimentados empezarán a comprar todas las ofertas que el mercado les ofrezca. Estos ciclos se repiten una y otra vez a lo largo de la historia, tal como lo comentábamos en el post “Cómo ganar cuando la mayoría empiece a perder”. El problema es que no podemos anticipar cómo ni cuándo ocurrirán. Puede pasar una semana, un mes o dos años antes que el mercado comience su verdadera baja, y durante todo ese tiempo, los osados ganarán, y los prudentes perderán.
¿Qué es lo importante de estos últimos 2 párrafos? Que las estrategias ganadoras suelen tener un mal rendimiento en los momentos en que el mercado llega a sus picos, tal como está ocurriendo en este momento. Y está bien que así sea ya que unos pocos se vuelven “temerosos cuando los demás son ambiciosos”. Los grandes inversores saben que así será y lo declaran abiertamente. Buffett mismo declara que sus inversiones andan mejor en los momentos malos que en los momentos buenos. De hecho, durante el crecimiento de las acciones tecnológicas durante finales de los ‘90, Buffett era tildado como el inversor que se había vuelto “incapaz de entender cómo funcionaba la tecnología”. Todo eso era cierto y Buffett lo confesaba públicamente. Tal es así, que la acción de Berkshire llegó a perder 50% de su valor en el mismo momento en que la burbuja tocaba su punto más alto. Lo que siguió fue historia, y verlo con “el diario del lunes” es muy fácil. Lo complicado es discernir la información en el medio de la vorágine.
Por eso está en usted elegir a quién prestarle atención. Nuestra intención es reflexionar sobre los acontecimientos actuales siguiendo las ideas de los inversores que han sabido sobrellevar cada uno de los altibajos en el pasado, aún cuando lo que viene se pueda presentar de una forma diferente.
Si todo sigue subiendo mucho más, recuerde: Más vale disfrutarlos desde afuera con pochoclos y anteojos 3D, que sumarse tarde a la fiesta por la ansiedad de no quedarse fuera y terminar pagando los excesos de los demás.
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