
Por estas horas Argentina está en el ojo de la tormenta por su conflicto con los fondos buitres. Los analistas predecían que pagar desataría una ola de reclamos de aquellos que aceptaron un acuerdo en condiciones inferiores, pero que en caso de no pagar, sería muy difícil para la Argentina conseguir que inversores le vuelvan a prestar dinero. En este momento, estarían negociando para que los bancos compren los títulos de los buitres así el país no cae en un impago con ellos, y pasa a tener que negociar con acreedores más amigables.
En cualquiera de los casos, el país profundizaría el debilitamiento que se viene mostrando en el último tiempo, y esto es malo para el argentino como consumidor, como dueño de empresa, como inversor, y también es malo para sus parientes, amigos y toda la economía. Estas consecuencias, dicen los analistas, se desencadenaría aún si se llega a un acuerdo con los buitres después del 2 de Enero, fecha a partir de la cual se evitarían los reclamos de los que entraron al canje.
La semana pasada, mientras veníamos siguiendo estas noticias por el celular, aterrizamos en Santiago de Chile para la conferencia de inversores en donde los temas giraban en torno a las inversiones innovadoras para el inversor individual. Más de 120 inversores se reunieron con nosotros en el corazón de la capital chilena. Hablamos de las startups, de las inversiones en los países desarrollados, de la innovación, etc. y después pasamos a la “Copa de Honor” o Cocktail de Cierre para compartir ideas más informalmente.
Copa va, bocado viene, las charlas derivaron en el dilema al que debería al que debería enfrentarse Argentina con respecto al cumplimiento (o no) de la orden de Griesa y cómo esto impactaría en sus decisiones de inversión. Pensé que se referían al impacto en el bienestar de las startups y yo comenté que una empresa pequeña, digamos, con 20 clientes, generalmente no depende del pago de una deuda soberana cuadruplicar sus ingresos (a menos que se dedique a vender bonos soberanos!!)
Un chileno interrumpió y dijo: – “Nosotros tenemos el mejor blindaje contra los buitres”, y siguió: –“No llegar a una situación de default.”, y remató: –”… de esa forma, no tenemos que preocuparnos a la hora de hacer inversiones”. Yo creo que fue un comentario con sentido del humor. No se llega a una situación así a propósito. De hecho, Chile tuvo 9 ocasiones de defaults o reestructuraciones mientras que Argentina tuvo 7.
Pero había algo en el comentario que valía la pena rescatar seriamente. Hoy, un inversor global tiene la posibilidad de elegir en qué mercados invertir. Tiene en sus manos la posibilidad de enfocarse en contextos con muy baja exposición a situaciones de defaults. Hoy el inversor es libre de invertir en la moneda que quiera, en el país que quiera, en empresas que tienen diversificado su riesgo a partir de recibir ingresos desde múltiples continentes, y todo esto lo hace desde su propio celular. Hoy inversores de distintos países invierten en startups basadas en Estados Unidos, Brasil, Colombia, España, etc. a través de internet. Ese fue precisamente el eje de la charla en Chile.
Sin embargo, todo este avance no se da en forma pareja en todos los países. La regulaciones pueden impulsar o limitar estas acciones y hay países que son más proclives a las inversiones globales que otros. Por lo pronto, ya hay mucho que se puede hacer por invertir en los mejores mercados del mundo y seguir trabajando para que el propio país llegue un día a estar entre esos.
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