Resulta que un día, después de mucho aprender de los líderes, nos damos cuenta que para alcanzar nuestros objetivos (económicos, autorrealización, etc.) dependemos más de seguir nuestra pasión que de haber nacido con talentos o facilidades especiales. Y una vez que encontramos el camino, lo segundo más importantes es contar con tiempo suficiente para poder recorrerlo. Entonces, ¿Por qué no lo buscamos antes? No tenemos la culpa. Simplemente no fuimos educados para eso.
Mi buen amigo Hugo Andersen suele decir: “En Argentina, el 99% de las empresas son Pequeñas o Medianas. Sin embargo, las universidades insisten en enseñar temas que son propios de las grandes empresas. El recién egresado argentino fue entrenado especialmente para hacer carrera en una empresa grande. Cuando tiene que decidir qué hacer de su vida, inevitablemente se verá tentado por aquello que sabe mejor hacer”. Hugo entiende de lo que habla: es el fundador de la empresa líder en consultoría de normas de calidad. Cada año, ayuda a más de 500 empresas a certificar ISO 9001. Según él, “No nos enseñan a buscar nuestro camino”.
Desde lo personal, me suelo cruzar con muchos cursos para emprendedores, dentro o fuera del ámbito de la universidad, que son dictados por personas que nunca emprendieron; que restan puntos por hacer Planes de Negocio que no coinciden con el “libro” en que se basó “la cátedra”; que desconocen la metodología Lean; que enseñan a conseguir capital, cuando nunca lo consiguieron, o que ni siquiera invirtieron en emprendimientos. Entiendo que muchas universidades priorizan que el profesor tenga mayor grado académico que el alumno. Lo irónico es que esto ocurre hasta en la mayoría de las maestrías de negocios de sudamérica. Pero en caso de querer formar emprendedores, lo que mejor funciona, muchas veces no está en la caja de herramientas de quien enseña. El resultado: los alumnos aprenden las lecciones equivocadas, o peor aún, pierden la motivación de emprender.
Una mejor opción podría ser formar líderes a partir de la inspiración de otros líderes. Tal vez uno de los discursos más inspiradores de todos los tiempos, fue el que Steve Jobs, fundador de Apple (la empresa más valiosa del planeta), dió en la ceremonia de graduación de la clase 2005 de la Universidad de Stanford, en donde habló de su pasión y de la muerte (ver el video aquí). Conocido por haber pasado una vida de adversidades, en su discurso confiesa:
-“Me convencí que la única cosa que me mantuvo a flote, fue que amaba lo que hacía. Tienen que encontrar lo que aman.” y agrega:
– “Sus trabajos van a ocupar gran parte de sus vidas, y la única manera de estar verdaderamente satisfechos es hacer lo que crean que es un gran trabajo”. Su memorable mensaje final se convirtió en fuente de inspiración para emprendedores de todo el mundo:
– “Manténganse hambrientos, manténganse alocados”.
Otra iniciativa épica fue la de invitar a Bill Gates y Warren Buffett juntos a responder preguntas de los alumnos de la Universidad de Nebraska (ver el video aquí – en inglés) en donde los asistentes se llevaron las respuestas de los hoy primer y tercer hombre más rico del mundo con fortunas personales de 79 y 70 mil millones de dólares respectivamente.
Una alumna preguntó: “Qué pasos tengo que seguir para acelerar mi crecimiento profesional” a lo que Warren Buffett contestó (parafraseando):
-“No se trata del Coeficiente Intelectual, sino de la energía y el compromiso con lo que hace”. Un poco más adelante, luego agrega:
-“La mayoría de las personas van por la vida usando una muy pequeña parte de su potencial”. Y termina con una frase fascinante:
-“Rodéate de gente valiosa porque tendemos a comportarnos igual que la gente con la que nos rodeamos”.
Como conclusión, un alumno les pregunta cómo se imaginan estar dentro de 10 años. Bill Gates describe al detalle cómo se imagina su transición desde Microsoft a una vida de filantropía, y Warren Buffett comenta que seguiría haciendo lo mismo porque elige lo que hace cada día de su vida.
Lo curioso es que este video tiene justamente 10 años, y es posible comprobar que ellos están haciendo exactamente lo que dijeron que harían.
Cuando entrevistaron a los alumnos, uno de ellos diijo haber aprendido más en esa sesión que en toda su vida de estudiante. Claro que en ésto hay un gran truco: tendemos a valorar más los dichos de quienes admiramos, y a subestimar los otros.
Los líderes repiten una y otra vez: encuentra lo que te apasiona y enfoca todas tus energías ahí; y cuanto más temprano lo encuentres, más tiempo tendrás para crecer. Con el paso del tiempo, los resultados se volverán exponenciales. De ahí viene la necesidad de aprender estas lecciones desde la escuela, el colegio o la universidad. Lamentablemente, todavía estamos lejos de alcanzar este ideal.
A medida que encontramos respuestas, dimensionamos la importancia de recibir la orientación adecuada en el momento adecuado. Como buscadores de caminos, tenemos que asegurarnos de conseguir la inspiración de las personas correctas. Y si tenemos la oportunidad, ayudar a otros a que busquen lo mismo.
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