Por estas horas, los principales índices bursátiles parecen un electrocardiograma. Lunes muy abajo, martes arriba. Resulta que el default griego amenaza la estabilidad de la zona del euro, y el miedo genera un efecto dominó. Nadie sabe muy bien cómo puede afectar este hecho en la baja del NASDAQ, pero por las dudas venden todo lo que tienen porque eso es lo que hace todo el mundo cuando tiene miedo. ¿Cómo nos afecta en nuestras inversiones? Esta es la pregunta que nos están haciendo los inversores en estos días.
Hace poco escribimos sobre un tema similar en la edición chilena de la Revista IG dentro del contexto de una desaceleración (y posible cambio de ciclo económico) de ese país. El caso de Grecia es definitivamente mucho más abrupto: se trata de parálisis en el sistema bancario con la implementación de un “corralito”, y el no-pago de 1.600 millones de euros en el día de ayer.
Imagine que usted tiene un emprendimiento para que los comercios acepten pagos con BitCoins. Imagine además que tiene 50 clientes que ya aceptan BitCoins y para este segundo semestre del año tiene el objetivo de sumar a 20 clientes más. ¿Estaría preocupado por la situación de Grecia? Aún si sus potenciales clientes fueran griegos, no dejarían pasar la oportunidad de sumar un nuevo medio de pago para su comercio, ya que significa la posibilidad de mayores ventas. Ahora, si su emprendimiento estuviera exclusivamente dedicado a exportar productos a Grecia, yo me preocuparía.
Pero no sólo puede quedarse tranquilo sabiendo que sus inversiones en emprendimientos están “blindadas” de la crisis Griega. Lejos de quedarse indiferente, podría analizar si existiese la posibilidad de tomar ésto como una oportunidad.
El mes pasado compartimos una historia en la edición chilena de la Revista IG, comentando cómo un grupo de emprendedores argentinos pudieron dar marcha a uno de los más grandes emprendimientos de la región en medio de una tremenda crisis. Le hago un repaso.
En el año 2001, Argentina entró en una de las peores crisis de su historia. La gente no podía retirar su dinero de los bancos y el valor del dólar se triplicó en apenas 2 meses. Muchas personas cayeron en pánico, pero 4 amigos vieron las condiciones ideales para montar una empresa de servicios de desarrollo de software. El proyecto tenía mucho sentido: un dólar más caro permitía exportar servicios de buena calidad a un tercio de los precios que se barajaban internacionalmente. Con eso en mente, los 4 amigos dejaron sus trabajos y fundaron la empresa Globant en el año 2003. Hoy, 12 años más tarde, Globant cotiza en la bolsa de Nueva York y tiene una valuación cercana a los mil millones de dólares. Pero en particular, hay una anécdota poco conocida que caracteriza la lucidez de estos visionarios: desde el principio supieron que esta oportunidad se acabaría algún día y diseñaron una estrategia para cuando eso pasara. Dado que los salarios empezarían a aumentar para ajustarse a los nuevos niveles de inflación, la ventaja de tener bajos costos se acabaría luego de algunos años. Rápidos de reflejos, aprovecharon ese tiempo para posicionar su oferta como un servicio de alta calidad y abandonando el foco de los bajos costos. Con el tiempo, fue ocurriendo todo lo que los emprendedores habían anticipado. Para cuando los costos de la mano de obra dejaron de ser convenientes, Globant ya se había convertido en una de las empresas de software más grandes de la región con un servicio que competía a nivel internacional por su alto valor agregado.
Si Grecia sale del euro y provoca una devaluación monetaria, los casos como Globant podrían multiplicarse en muy poco tiempo. Estos fenómenos suelen tener una excelente repercusión en el contexto que los rodea: son una fuente de creación de empleos de calidad; generan nuevo conocimiento; sus productos y servicios innovadores ayudan a mejorar el bienestar social; y en el caso de los emprendimientos internacionales, atraen divisas de todo el mundo generando un excelente impacto económico para el país, potenciando los ciclos positivos y revirtiendo los ciclos negativos. Pero además, generan grandes oportunidades para todos los inversores que están atentos al surgimiento de estos emprendimientos.
Nosotros, por nuestro lado, tendremos un ojo puesto en la evolución de la situación griega con “la pistola cargada para disparar en caso que aparezca un elefante” como diría Warren Buffett. Tal vez, encontremos oportunidades inusualmente valiosas para los inversores, y que al mismo tiempo promuevan el resurgimiento del país.
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