Dicen que la vida se parece a una serie de sucesos aleatorios. Que no se percibe el sentido de lo que nos pasa, hasta que un día nos paramos, miramos hacia atrás, y vemos cómo las circunstancias que nos tocó vivir están perfectamente conectadas y nos define a la persona que somos hoy.
Ya desde chico, desde que mi viejo me contó que uno es el responsable de su propio futuro, decidí que mi prioridad en la vida sería trabajar en pos de la construcción de ese porvenir. Allá por el 2001 yo era un ahorrista que tenía algunos plazos fijos hasta que un día, por suerte, el banco me dijo que ya no tenía mis dólares y que en cambio me daba un bono en pesos que ajustaba su valor según no sé qué cosa. En ese momento, yo estudiaba economía en la Universidad de La Plata, pero no había visto hasta entonces ninguna materia que me explicara lo que había pasado. Cuando fui a banco, me dijeron que podía seguir la cotización por el diario, y así compre por primera vez un diario financiero.
Gracias a ese empujón, hace más de 10 años que invierto activamente en la bolsa. No quería quedarme sólo con eso, y dos años después, el fundador de una plataforma para invertir por internet me invitó a formar parte del principal club de inversores ángeles de Argentina. Pero lo que me ofrecían era la posibilidad de invertir por mi cuenta si es que me interesaba un emprendimiento, y yo no era un experto. Pensaba que me iba a costar mucho dar el primer paso.
Muy poco tiempo después, y ya siendo uno de los primeros miembros de una comunidad de inversores llamada Inversor Global, formamos el Club de Inversores Ángeles IG con el objetivo de seguir funcionando como el club que teníamos como referencia, pero concretando las inversiones en conjunto, armando un mini-fondo y organizándonos para tener varias cabezas entre quienes debatir cada decisión. De esa manera, todos nos estábamos acompañando entre sí, y así pudimos concretar las primeras inversiones. Como Director Ejecutivo de este nuevo Club, tuve una actividad más que intensa en el análisis, selección, auditoría, estructuración y seguimiento de las inversiones en startups, experimentando situaciones extraordinariamente buenas y extraordinariamente malas. Lamentablemente, en ese momento no había expertos que nos pudieran ayudar en la materia, así que tuvimos que hacer camino al andar. Para mí eso no era un trabajo, era mi vida. Yo fui desde el primer día, y sigo siendo, uno de los inversores del club, pero además representaba los intereses de todos los demás.
Luego pasamos la crisis del 2008, el surgimiento de nuevos actores como las aceleradoras de negocios, la creación de nuevos ecosistemas de emprendedores, y la incorporación de la tecnología a nuestro día a día, y un día nos dimos cuenta que a pesar que 5 años no es mucho, éramos los que más experiencia teníamos en la región, que la gente nos consultaba para intentar generar iniciativas similares pero lo veían imposible. Fue entonces cuando quisimos dar un paso más y simplificar las inversiones en startups al extremo… insistiendo hasta que no se pueda simplificar más.
Así nació Grit Invest, como una plataforma online para hacer inversiones en startups. Pero no cualquiera startup, sino en aquellas que hayan pasado por un cuidadoso proceso de selección como el de cualquier fondo de Venture Capital, sólo que estas oportunidades iban a estar disponible para el inversor individual, es decir, para inversores como los del club, como mis colegas, como todos los de la comunidad de Inversor Global… inversores como yo. De alguna manera, generamos la plataforma que siempre nos hubiera gustado tener a nosotros como inversores que quieren algo más para construir ese porvenir y no tenían como hacerlo.
Estamos orgullosos de ver que hoy hay nada menos que 1.000 inversores registrados por invitación, en cuyas caras hay un reflejo de nosotros mismos hace algunos años, pero con las oportunidades que no tuvimos, pero hoy pudimos crear.
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